En el relato de Éxodo 18, encontramos una rica narrativa que nos invita a reflexionar sobre la importancia de la comunidad y la sabiduría compartida. La visita de Jetro, suegro de Moisés, no solo es un encuentro familiar, sino un momento crucial en la vida del pueblo de Israel. Jetro, un sacerdote de Madián, llega con la noticia de lo que Dios ha hecho por Israel, lo que demuestra que la gloria de Dios trasciende fronteras y culturas.
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El reconocimiento de la obra divina: Jetro se alegra al escuchar cómo el Señor ha liberado a Israel de la opresión egipcia (versículo 9). Su alabanza a Dios resalta la importancia de reconocer las intervenciones divinas en nuestras vidas y en la historia. Este acto de gratitud es un recordatorio de que debemos ser testigos de las maravillas de Dios y compartirlas con otros.
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La necesidad de delegar: La observación de Jetro sobre la carga que Moisés lleva al juzgar al pueblo es fundamental (versículo 18). Su consejo de nombrar jueces que ayuden en la administración de la justicia es un principio que resuena en nuestra vida comunitaria. La delegación de responsabilidades no solo alivia la carga del líder, sino que también empodera a otros para servir y participar activamente en la vida de la comunidad.
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Criterios para el liderazgo: Jetro instruye a Moisés a elegir hombres capaces y temerosos de Dios (versículo 21). Este llamado a la integridad y al temor de Dios en el liderazgo es vital. En un mundo donde a menudo se valoran otras cualidades, la honestidad, el respeto y el amor por la verdad deben ser los pilares sobre los cuales se construya cualquier liderazgo.
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La armonía en la comunidad: La cena que Jetro comparte con Moisés y los ancianos de Israel (versículo 12) simboliza la unidad y la paz que deben prevalecer en la comunidad de creyentes. Este acto de compartir y celebrar juntos es un reflejo del llamado a vivir en comunión y a reconocer que, a pesar de las diferencias, todos somos parte del mismo cuerpo.
En conclusión, el relato de la visita de Jetro a Moisés es un poderoso recordatorio de que la sabiduría puede venir de lugares inesperados y que la comunidad es esencial en nuestro caminar de fe. Nos invita a ser receptivos a los consejos de otros, a reconocer la obra de Dios en nuestras vidas y a trabajar juntos en la construcción de un mundo más justo y amoroso. Que podamos, como Moisés, escuchar y poner en práctica los consejos que nos acercan más a la voluntad divina.