En el último capítulo del libro de Apocalipsis, encontramos una visión gloriosa del que Dios ha preparado para su pueblo. En los versículos 1 al 5, se describe un que fluye del trono de Dios y del Cordero, simbolizando la y la que emana de Su presencia. Este río, claro como el cristal, representa la y la que se ofrecen a todos los que creen. A cada lado de este río se encuentra el , que produce frutos cada mes, un símbolo de la de la vida en la presencia de Dios, donde no hay escasez ni limitación. En los versículos 6 al 21, el ángel reafirma la veracidad de las palabras de Dios y la inminente . La exhortación a estar atentos y preparados resuena con fuerza, recordándonos que cada uno será recompensado según sus obras (v. 12). Este llamado a la justicia y a la santidad es un recordatorio de que nuestras acciones tienen consecuencias eternas. En conclusión, el mensaje de Apocalipsis 22 es un poderoso recordatorio de la y la que tenemos en Cristo. Nos invita a vivir en la expectativa de Su regreso, a mantenernos firmes en la fe y a compartir este mensaje de vida con aquellos que nos rodean. La gracia del Señor Jesús, que cierra este libro, es un recordatorio de que, a pesar de las dificultades de este mundo, Su amor y Su misericordia nos sostienen y nos guían hacia la eternidad con Él.