En el pasaje de Apocalipsis 11, encontramos una imagen poderosa de los , quienes son llamados a profetizar en un tiempo de gran tribulación. Estos testigos, descritos como y , simbolizan la presencia y el poder de Dios en medio de la oscuridad. Su misión es clara: de la verdad divina en un mundo que se ha alejado de ella.
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La Medición del Templo: La instrucción de medir el templo de Dios (versículo 1) refleja la importancia del culto y la adoración genuina. Este acto de medir implica un reconocimiento de la santidad del lugar donde Dios habita y la necesidad de preservar lo sagrado en un mundo que tiende a profanarlo.
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El Luto y la Profecía: Los testigos, vestidos de luto (versículo 3), nos recuerdan que la profecía a menudo nace del dolor y la angustia por el estado del mundo. Su testimonio no es solo un llamado a la conversión, sino también una denuncia de la injusticia y el pecado que prevalecen.
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El Poder de los Testigos: El poder que tienen para cerrar el cielo y convertir las aguas en sangre (versículo 6) simboliza la autoridad divina que respalda su mensaje. Esto nos enseña que el testimonio de los creyentes está acompañado por la fuerza de Dios, quien actúa en favor de su pueblo.
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La Resurrección: La resurrección de los testigos después de tres días y medio (versículo 11) es un poderoso recordatorio de que, aunque el mal parezca triunfar, Dios tiene la última palabra. Este acto de vida es un símbolo de esperanza y de la victoria de Cristo sobre la muerte.
Al llegar a la séptima trompeta (versículo 15), se proclama que el ha pasado a ser de nuestro Señor. Este es un anuncio de y , donde la soberanía de Dios es reconocida por todos. La adoración de los veinticuatro ancianos (versículo 16) nos invita a postrarnos ante el Señor, reconociendo su sobre todas las naciones.
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El Juicio y la Recompensa: La llegada del momento de juzgar a los muertos (versículo 18) nos recuerda que la justicia divina es inevitable. Dios recompensará a sus siervos y juzgará a aquellos que han hecho el mal, lo que nos llama a vivir en integridad y fidelidad.
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La Apertura del Templo: La apertura del templo de Dios en el cielo (versículo 19) simboliza la revelación de su gloria y el cumplimiento de sus promesas. La presencia del arca de su pacto nos recuerda que Dios es fiel a su palabra y que su pacto con su pueblo es eterno.
En conclusión, el relato de los dos testigos y la séptima trompeta no solo es un mensaje de advertencia, sino también de . Nos invita a permanecer firmes en nuestra fe, a ser testigos valientes de la verdad y a confiar en que, al final, el prevalecerá sobre toda oposición. En tiempos de dificultad, recordemos que nuestra labor no es en vano, pues el Señor está con nosotros y su victoria es segura.