En el relato del censo de los levitas y el rescate de los primogénitos que encontramos en Números 3 y 3:40-51, se revela una profunda enseñanza sobre la propiedad de Dios y su relación con el pueblo de Israel. Dios, al apartar a los levitas en sustitución de los primogénitos, establece un principio fundamental: todo lo que existe le pertenece. Este acto no solo es un reconocimiento de la soberanía divina, sino también un llamado a la dedicación y el servicio.
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La elección de los levitas: La tribu de Leví es seleccionada por Dios para desempeñar un papel especial en el ministerio del santuario. Este hecho subraya la idea de que, aunque todos los israelitas son llamados a servir a Dios, hay una parte del pueblo que es consagrada de manera particular. Los levitas, al ser apartados, simbolizan la dedicación total que Dios espera de su pueblo.
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El significado del rescate: Al exigir un rescate por los primogénitos que exceden el número de levitas, Dios establece un principio de redención. Este acto es un recordatorio de que, aunque todos somos creados por Él, hay un costo en la relación con lo sagrado. El rescate de los primogénitos refleja la necesidad de un sacrificio, un tema que se desarrollará a lo largo de la historia de la salvación.
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La importancia del servicio: Los levitas, al ser responsables del servicio del santuario, nos enseñan que el servicio a Dios no es solo un deber, sino un privilegio. Cada tarea, por pequeña que sea, es parte de un plan divino más grande. La dedicación de los levitas nos invita a reflexionar sobre cómo servimos en nuestras comunidades y en nuestras iglesias, recordando que cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en el cuerpo de Cristo.
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La justicia divina: La condena a muerte para aquellos que se acercan al santuario sin ser sacerdotes resalta la santidad de Dios y la importancia de acercarse a Él con reverencia. Este principio nos recuerda que, en nuestra relación con Dios, debemos reconocer su grandeza y nuestra necesidad de acercarnos a Él de acuerdo a su voluntad.
En conclusión, el relato del censo y el rescate de los primogénitos no es solo un registro histórico, sino una catequesis que nos invita a comprender la profundidad de nuestra relación con Dios. Nos llama a vivir en dedicación y servicio, reconociendo que somos parte de un pueblo que ha sido redimido y apartado para la gloria de su nombre. Al igual que los levitas, estamos llamados a ser un reflejo de la santidad y el servicio en nuestro mundo.