En el capítulo 24 de Mateo, Jesús se dirige a sus discípulos con una profunda advertencia sobre los eventos que precederán su segunda venida y el fin del mundo. Este pasaje no solo es un relato profético, sino también un llamado a la vigilancia y a la fidelidad en la fe.
-
Destrucción del templo: Jesús comienza su discurso al predecir la destrucción del templo, un símbolo de la presencia de Dios entre su pueblo. Este evento histórico, que ocurrió en el año 70 d.C., representa un cambio radical en la relación entre Dios y su pueblo, donde la adoración ya no se limita a un lugar físico, sino que se extiende a todos los creyentes.
-
Señales del fin: A lo largo del pasaje, Jesús menciona diversas señales que marcarán el inicio de los dolores antes del fin. Guerras, hambres y persecuciones son solo algunos de los signos que deben alertar a los creyentes. Sin embargo, Jesús nos recuerda que estas situaciones son necesarias y que no debemos alarmarnos, pues el fin aún no ha llegado.
-
Fidelidad en tiempos difíciles: En medio de la tribulación, el llamado a la fidelidad es crucial. Jesús asegura que "el que se mantenga firme hasta el fin será salvo" (Mateo 24:13). Este versículo nos invita a perseverar en nuestra fe, a pesar de las adversidades y de la creciente maldad que nos rodea.
-
La venida del Hijo del Hombre: La promesa de la venida de Cristo es un tema central en este pasaje. Jesús utiliza la metáfora del relámpago para describir la inminencia y la visibilidad de su regreso. Así como el relámpago ilumina el cielo, su venida será evidente para todos. Esta certeza debe motivarnos a vivir en preparación constante.
-
La importancia de estar preparados: La exhortación a "mantenerse despiertos" es un recordatorio de que debemos vivir en una actitud de espera, conscientes de que el regreso de Cristo puede ocurrir en cualquier momento. La parábola del siervo fiel y prudente nos enseña que nuestra responsabilidad es ser diligentes en nuestras tareas y en nuestra vida espiritual.
En conclusión, el mensaje de Jesús en este pasaje es claro y relevante para nosotros hoy: debemos estar alertas, mantener nuestra fe y vivir en una relación constante con Dios, sabiendo que su regreso será glorioso y transformador. La esperanza en su venida nos impulsa a ser testigos de su amor y a compartir el evangelio con el mundo, hasta que ese día llegue.