El relato del reinado de Josías en 2 Crónicas 34-35 es un testimonio poderoso de cómo un líder puede ser un instrumento de renovación espiritual y reforma en medio de un pueblo que se había desviado de los caminos del Señor. Desde su ascenso al trono a la edad de ocho años, Josías se destaca por su compromiso con la voluntad de Dios, siguiendo el ejemplo de su antepasado David (34:2). Esta conexión con el legado de David es crucial, ya que establece un modelo de liderazgo centrado en la fidelidad a Dios y la búsqueda de su gloria.
En el año octavo de su reinado, Josías comienza a buscar al Dios de su antepasado David (34:3), lo que indica un despertar espiritual en su corazón. Este deseo de conocer y servir a Dios lo lleva a iniciar una serie de reformas radicales, eliminando la idolatría y purificando el culto en Judá y Jerusalén. La destrucción de los altares paganos y la eliminación de los ídolos (34:4-7) son acciones que reflejan un profundo deseo de restaurar la pureza del culto y la adoración auténtica al único Dios verdadero.
El hallazgo del Libro de la Ley en el templo (34:14) marca un punto de inflexión en la historia de Judá. Este descubrimiento no solo revela la necesidad de volver a las raíces de la fe, sino que también provoca una profunda reacción en Josías. Al escuchar las palabras de la ley, se rasga las vestiduras en señal de duelo (34:19), lo que demuestra su humildad y arrepentimiento por las transgresiones del pueblo. Este acto de duelo es un llamado a la reflexión y a la conversión, no solo para él, sino para toda la nación.
La consulta a la profetisa Huldá (34:22) resalta la importancia de buscar la dirección divina en momentos de crisis. La respuesta de Dios, que incluye tanto juicio como misericordia (34:24-28), muestra que, aunque la ira de Dios se ha encendido por la desobediencia, también hay esperanza para aquellos que se humillan ante Él. La promesa de que Josías será sepultado en paz (34:28) es un testimonio de la gracia divina hacia aquellos que buscan sinceramente a Dios.
Finalmente, la renovación del pacto en el templo (34:31-32) es un acto de compromiso colectivo. Josías no solo se compromete a seguir al Señor, sino que también invita a toda la nación a hacer lo mismo. Este acto de renovación espiritual es fundamental, ya que establece un nuevo rumbo para el pueblo, que, mientras Josías vivió, no abandonó al Señor (34:33). La reforma de Josías es un recordatorio de que, a pesar de las dificultades y las desviaciones, siempre hay un camino de regreso a Dios, un camino que comienza con la búsqueda sincera de su voluntad y la obediencia a su palabra.