La carta de 3 Juan es un hermoso testimonio de la vida cristiana en comunidad, donde el amor y la verdad se entrelazan de manera inseparable. En el versículo 5, el anciano se dirige a Gayo, elogiando su fidelidad en todo lo que hace por los hermanos, incluso por aquellos que no conoce. Este acto de hospitalidad es un reflejo del amor que Cristo nos enseñó, donde cada acción hacia el prójimo es una manifestación de nuestra fe en acción.
La hospitalidad, en el contexto de la iglesia primitiva, no solo era un acto de generosidad, sino una responsabilidad espiritual. En el versículo 6, se nos recuerda que al ayudar a los hermanos en su viaje, estamos colaborando con ellos en la verdad. Esto implica que cada vez que extendemos nuestra mano a aquellos que sirven en el nombre de Dios, estamos participando en la obra divina, apoyando el avance del evangelio y fortaleciendo la comunidad de creyentes.
Sin embargo, la carta también nos presenta un contraste significativo a través de la figura de Diótrefes en los versículos 9 y 10. Su deseo de ser el primero y su rechazo a los hermanos que vienen en nombre del Señor nos advierte sobre los peligros de la orgullosa exclusión. Este comportamiento no solo es destructivo para la comunidad, sino que también es un claro indicativo de que Diótrefes no ha visto a Dios. En este sentido, la carta nos invita a reflexionar sobre nuestras propias actitudes hacia los demás y a asegurarnos de que nuestras acciones reflejen la verdad de Cristo.
Finalmente, el versículo 11 nos exhorta a no imitar lo malo, sino lo bueno. Esta es una llamada a la integridad y a la fidelidad en nuestra vida cristiana. Al seguir el ejemplo de aquellos que hacen el bien, como Demetrio, quien recibe un buen testimonio, estamos llamados a vivir en una manera que glorifique a Dios y edifique a nuestra comunidad. En este sentido, cada uno de nosotros tiene un papel vital en la construcción del cuerpo de Cristo, donde la verdad y el amor deben prevalecer.
En conclusión, la carta de 3 Juan nos ofrece una rica enseñanza sobre la importancia de la hospitalidad, la verdad y la comunidad. Nos invita a ser fieles en nuestras acciones hacia los demás y a vivir de tal manera que refleje el amor de Cristo en cada aspecto de nuestras vidas.